SAN PEDRO TETITLÁN CUNA DE LOS TENATES FINOS

En medio de un paisaje de cerros caprichosas y de vegetación endémica, en el estado de puebla, en la región de Tehuacán, se encuentra San Pedro Tetitlán, perteneciente al municipio de san José Miahuatlán, que por su riqueza natural y cultural asombra a sus visitantes.

San Pedro Tetitlán es un sitio muy tranquilo, limpio y sobre todo organizado, basta permanecer ahí un día para comprobar lo anterior, el gran sonido dulce de la lengua indígena “náhuatl” que aún se logra escuchar en las pláticas de los habitantes también se encuentra presente; la magia comienza aquí y se extiende hacia maravillosa práctica cultural que le dan aún más identidad a la población, es uno de los tesoros más valiosos, me refiero al ya conocido “tejido de tenates” que en náhuatl se traduce como “tanajchiwa”, que por destacarse se ha sobre nombrado a la comunidad como “cuna de los tenates finos”.

Esta hermosa artesanía se elabora por las majestuosas manos de las bellas mujeres que visten de hermosos huipiles coloridos, y que se realiza durante todo el año, da comienzo con la compra de palma, materia prima que hace años se exportaba de los montes que se ubican en los alrededores de la población, pero por sequía, el cambio climático, la palma dejo de reproducirse en la zona.

Después viene la magia de esa naturalidad en las manos, cuando las hermosas mujeres comienzan a realizar la base del tenate a tejer, y se siguen por varias horas tejiendo, y dependiendo del tamaño del tenate, de las figuras y tipo de tejido (grueso o fino), que pretenden elaborar, es como se tardan en terminarlos, es importante durante el proceso, que la palma este blanda para evitar que se quiebren, para ello en temporadas fuertes de calor es común observarlas humedecer la tierra bajo sombra, para extender ahí las palmas, las rajas de palma o bien el tenate en elaboración.

Mientras ellas tejen, ellos se preparan con la compra de ixtle en mercados de localidades, municipios o tiendas de abarrotes, materia prima que antiguamente se extraía del maguey que se reproduce en las lejanías de las montañas que visten el hermoso paisaje de la población, este producto que adquieren es para la elaboración del mecate en diferentes tamaños, medidas que ellos por naturaleza ya calculan dependiendo del tamaño del tenate al que es colocado como agarradero o colgadero.

Para su elaboración, ellos ocupan la ante pierna (sea izquierda o derecha) que con el paso de la práctica se va endureciendo hasta que ya no sienten dolor, comúnmente podrán encontrar personas de mayor edad quienes son alquilados para la elaboración de ese producto.

Durante esos pasos es cuando podemos deleitarnos del dulce sonido de la lengua indígena “náhuatl”, estas hermosas mujeres por lo regular suelen reunirse en binas o grupos de tres a 10 integrantes para tejer en ratos libres, observarlas debajo de árboles durante la temporada de calor es muy común si visitas a san Pedro Tetitlán, te enamoraras aun si no eres amante de la cultura indígena mi de las artesanías.

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